
Cuervos
​
Cuando todo continúa creciendo.
Por debajo de la piel.
Como trepadora.
Anudando los lémures
que te friegan respirar.
Crecen entre agresiones
que no consiguen dejar secuelas
/por ahora
estos días de niebla.
Y la soledad muere.
¿Y qué hay después de la soledad?
La dejaron tirada
/sin sal.
para que me descomponga
/con ella.
Y se alborotan todas las alucinaciones.
que nos permiten soñar muertos.
Gajos de lluvia negra.
Que como materia prima
delinean los crujidos que se abrieron en el pecho
Los cantos,
Esos cantos
pringándolo todo
por todos lados
/ se arrastran.
¡No abras esa puerta!
No, por favor,
¡No la abras!
que está herida,
¡No, por favor que está enferma!
Y se le escapa por los oídos
Que todo está seco,
vacío y despoblado.
No hay razón para viajar hoy
¿Cuándo la ha habido?
Dime ¿Cuándo la ha habido?
Esta adherida a las paredes
¿Qué hay después de todo esto?
sino un enorme nada en mayúscula
que nos entumece el puño.
Escucho a la ceniza con el viento
penetrando, del lado a lado, esta casa.
Esa tierra era nuestra
Sí, ¡es que no vez que era nuestra!
¡Y no la han robado!
¡maldición!
no la han robado!
¿Dónde puedo caer?
Dime ¿dónde caer arrastrado con las cenizas?
que no sea en un colchón ajeno?
que no no lo pidan a cada rato?
Porque no es nuestro.
Porque no es mío.
¿Dónde vivir para siempre?
vivir, para siempre
para siempre:
¡Vivir!
o caer por un rato
hasta que todo termine
o comience
No salgas.
Te lo pido.
No sé si lo sabes,
pero,
pero yo sí,
Y esta madrugada
Y este sereno,
Este sereno no moja
y esta mentira,
las huellas,
las huellas son de otros
​
Ven para encender esta lámpara
está tan oscuro
Perderse como esas raíces en la tierra
profundas.
Una abriéndole paso a las otras,
tan salvajemente como puede
y le deje el tiempo,
si es que existe.
Sube como la nota del acordeón
se abre de par en par,
hasta hacerse miedo,
para sonar desbocado,
otra vez,
con algo más de fuerza
por donde quiere.
​
No salgas.
No salgas.
Que te picaran los cuervos.
​